Después de casi dos mesecitos, ya estoy en casa de nuevo. La verdad que estoy bastante triste; tengo que adaptarme a mi nueva vida aquí. Decir, que esta ha sido la mejor experiencia de mi vida, que voy a empezar a ahorrar para volver y que he aprendido muchiiiiisimo!!!!
Aquí os dejo mi experiencia en JYNCE, que deje alli a la coordinadora y os la doy a vosotros.
Memoria de mi estancia en Jynce
Son tantas las cosas vividas que van a quedar en mi memoria, que hasta me resulta difícil describir y definir esta experiencia tan enriquecedora que he vivido, junto a la gente tan maravillosa que envuelve este proyecto como es JYNCE.
Llegamos, con prudencia, a JYNCE a comienzos del mes de agosto. Aunque habíamos hablado con algunos voluntarios que estaban y habían estado aquí; no sabía muy bien en qué aventura me estaba embarcando. Utilizaría la frase de “cómo todo comienzo, resulta algo difícil…”; pero a decir verdad, desde el primer momento me sentí como en casa, rodeada de este ambiente de lealtad, amabilidad y esperanza.
Esta experiencia ha sido muy enriquecedora, tanto en mi vida personal; ya que he crecido como persona; me ha valido para conocerme a mi misma, saber hasta donde puedo llegar, cosas que puedo hacer, cosas que aun me quedan por aprender, conocer a todo tipo de personas y relacionarme con ellas. Como para mi vida profesional, porque considero que esta estancia en JYNCE, donde he trabajado con niños de todos los niveles, adolescentes y madres, me ha dado una soltura y aprendizaje realmente importantes. Todo esto sumado al contexto en el que enmarca las vidas de los que acuden al proyecto y que he tenido el gran placer de conocer.
Veo de gran importancia la labor que tienen en este proyecto los voluntarios, personas que dedican parte de sus vidas a este bonito espacio de esperanza. En el cual me he dado cuenta que hay mucha gente que sí está dispuesta a hacer pequeñas cosas que pueden cambiar, aunque solo sea un poquito, este mundo en el que vivimos. Me ha asombrado el compromiso, la dedicación y el grupo tan heterogéneo de voluntarios que hay; que, con su granito de arena levantan este proyecto de Jóvenes y niños con esperanza.
De esta experiencia me llevo un pedacito de cada persona conocida, de cada segundo que he pasado en este lugar, del cariño de los niños, de la capacidad de lucha y gratitud de las madres de los alumnos; de un espacio en donde por medio de un trabajo comunitario se está haciendo algo tan importante como educar. Educar a los futuros hombres y mujeres, los cuales lucharán pos sus derechos, por un país mejor y por un mundo mejor.